Cambia tus hábitos para ser más fuerte, rápido y resistente

Nuestros entrenamientos deben ser acompañados de una alimentación saludable que asegure un alto rendimiento y resultados visibles. Conoce cuáles son los hábitos que deben estar en tu rutina.


No dejes de hacer deporte: Una dieta balanceada se debe complementar con ejercicios o deporte. Trotar, andar en bicicleta o hacer aeróbicos es de gran ayuda. Para los que optan por un entrenamiento más intensivo es muy necesario preocuparse de la alimentación.
Cuida las porciones de tu comida: Lo ideal es consumir cantidades medidas de comida, dependiendo del tamaño y el desgaste de cada persona. Esto es más fácil lograrlo si se utilizan platos pequeños, ya que si se utilizan platos que tengan una mayor capacidad, se tiende a agregar una mayor cantidad de alimentos.
Ten horarios fijos para tus comidas: Aunque suene repetitivo, debemos que tener un horario establecido para cada comida: desayuno, colación almuerzo, once y cena. Por ejemplo, a las 8:00 tomar desayuno, tres horas más tarde comer una colación, tres horas después almorzar, y seguir con la misma dinámica para el resto de las comidas, y ojalá, no picotear en entre comidas.
No debes olvidarte de las frutas y verduras: Como siempre se aconseja, hay que comer muchos vegetales, “cinco al día, dos platos con verduras y tres frutas”. Además, los nutricionistas recomiendan que durante la noche se privilegie la ingesta de alimentos integrales, como avena, pan integral, quínoa o cuscús y evitar los carbohidratos.

Debes dormir bien: Dormir entre seis y ocho horas diarias es fundamental para disminuir la ansiedad. “Si te acuestas a las 2:00 de la madrugada, tienes más horas para comer. Hay que descansar bien en la noche, porque así la ansiedad es controlable”.

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