
1.
DECIDIR QUÉ COMES EN EL ÚLTIMO MOMENTO
Es complicado tomar una decisión nutricional acertada al final del día cuando el cansancio te
invade. Organiza las comidas con anticipacion durante el fin de
semana o en los días en los que tienes un poco más de tiempo, así la
preparación de las comidas te será más fácil. Cuando ya sabes lo que vas a
comer y lo has preparado, es menos probable que optes por comida rápida o alimentos procesados.
La solución: Recuerda que preparar la cena lleva su tiempo y que ponerse a cocinar
no significa que vayas a empezar a comer en ese instante. ¡Dejarlo todo
preparado con anticipación puede ahorrarte ese tiempo!
2.
ABUSAR DEL POSTRE
¿Sabías que consumir grandes cantidades de azúcar
puede afectar la calidad del sueño de forma negativa? Si ingieres mucho azúcar,
los niveles de azúcar en la sangre crecerán y caerán durante la noche y, a
menudo, te despertarás. Incluso si no te despiertas, esto puede sacarte de la
fase del sueño profundo y hacer que te sientas fatigado al día siguiente.
La solución: Si tienes antojo de dulce, puedes satisfacerlo con un
pequeño capricho después de cenar, como 2 cuadraditos de chocolate negro. Una
vez te hayas acostumbrado a no comer grandes postres, solo necesitarás algo
pequeñito para saciar esos antojos.
3.
HACER DE LA CENA LA COMIDA MÁS IMPORTANTE DEL DÍA
Si estás intentando perder peso, es mejor que la
comida más abundante no sea por la noche. Un estudio realizado en mujeres ha probado que comiendo la misma cantidad en un día,
las que ingieren la comida al mediodía tienen más facilidad para perder peso. Además,
comer más temprano puede provocar cambios hormonales que te mantienen con la
sensación de saciedad durante más tiempo, reduciendo, así, el riesgo de comer
demasiado.
La solución: Reduce la cantidad de comida en la cena y añade algunas calorías extras
en tu desayuno y comida.
4.
BEBER DEMASIADO ALCOHOL
Puede que te duermas más fácilmente después de un
par de tragos, pero el alcohol afecta el sueño durante toda la noche. El
alcohol en tu sistema altera el flujo natural a través de las distintas fases
del sueño. Normalmente, esto provoca una noche de sueño ligero y menos
descansado que hace que te sientas fatigado al día siguiente.
La solución: Asegúrate de ingerir solo la cantidad de alcohol que te permita
descansar por la noche sin que te vayas despertando.
5.
TOMAR CAFEÍNA EN LA CENA
La cafeína estimula el sistema nervioso central del
cuerpo, aumentando la atención y reduciendo la fatiga. También bloquea la
efectividad de la adenosina, una sustancia química que produce somnolencia y
regula los ciclos del sueño.
La solución: La cafeína tiene distintos efectos en cada persona; si notas que tu
cuerpo metaboliza la cafeína lentamente, es mejor que la evites a la hora de cenar. Si te
apetece mucho una bebida caliente por la noche, puedes optar por infusiones o
café descafeinado.
6. COMER JUSTO ANTES DE IR A LA CAMA
Y por último, pero no por ello menos importante:
cenar demasiado tarde puede causar unos niveles de azúcar en la sangre que tu
cuerpo no puede manejar cuando nota que deberías estar durmiendo. A la larga, puede resultar en acumulación de grasa, resistencia a la
insulina, aumento de peso y trastornos metabólicos. Además, el estómago
necesita unas horas para vaciarse después de una comida (proceso que
generalmente se ralentiza con el tiempo), así que comer tarde es una causa
común de reflujo ácido.
La solución: Organízate de forma que tomes tu última comida 3 horas antes de ir a la
cama. Planificar las comidas con antelación es una forma ideal para asegurarte
de que no terminarás cenando demasiado tarde.
0 Comentarios